Fue en los principios del mundo. Cronos era el Señor de los dioses, casado con su hermana Rhea vivía atemorizado por una profecía de dioses mas antiguos que le auguraba que así como él había desterrado del Olimpo a su padre Urano, también un hijo suyo seguiría su ejemplo. Así fue como adquirió la odiosa costumbre de engullirse de un solo bocado a cada hijo suyo después que su esposa daba a luz, de esta forma ya llevaba cinco depositados en su protuberante abdomen cuando Rhea, enfurecida por semejante ignominia, decidió vengarse.
Al nacer el sexto hijo, al que llamaron Zeus, la astuta Rhea lo escondió y en seguida envolvió en los pañales del recién nacido una piedra. Cuando Cronos preguntó por su hijo, Rhea se la entregó y éste procedió a tragársela creyendo que era su vástago sin percatarse del engaño.
Zeus creció al amparo de la Ninfas del mar quienes cuando ya había alcanzado su mayoría de edad se lo devolvieron a Rhea. Esta ya había convencido a Cronos de aceptarlo en el Olimpo empleándolo como camarero personal.
Estando al servicio de Cronos, un día Zeus preparó una bebida especial dándosela de beber a su padre quien luego de dormirse vomitó a sus cinco hijos que regresaron al mundo sanos y salvos. Como eran dioses inmediatamente se convirtieron en adultos igual que su hermano Zeus.
Los hermanos viéndose libres nombraron a Zeus como su jefe y se revelaron contra el Señor del Olimpo, de esta manera comenzó una guerra feroz y cruenta entre los dioses. Cronos nombró al Titán Atlas como capitán general de su ejército, a Zeus se le adhirieron otros titanes en la lucha contra Cronos, las montañas retumbaban y las aguas de los mares se levantaban a los cielos al sentir los golpes de uno y otro bando, la guerra estaba favoreciendo al Titán Atlas cuando los cíclopes se aliaron a Zeus y proporcionándole a éste los rayos celestiales provocaron que el ejército de Cronos terminara derrotado.
Los vencidos fueron expulsados de la tierra y al Titán Atlas, Zeus le dio un castigo singular: lo confinó a llevar el mundo y su bóveda celeste sobre sus hombros por la eternidad.
Aunque la moderna teoría nos da entender que el Titán Atlas ya fue sustituido por una diosa de apelativo más rimbombante y circunspecto como lo es: La Ley de Gravitación Universal, el nombre del desdichado titán suele referirse a lo que se conoce como Complejo de Atlas, mal que padecen aquellas personas que creen llevar sobre sus hombros al mundo entero y que por lo tanto sin ellas éste se caería hecho pedazos con todo y estrellas.
El asunto del complejo de Atlas no sería algo importante si cada persona con el mal aludido estuviese aislada como lo estaba el derrotado titán, sin embargo, cuando se juntan varios contagiados y se conforman en argollas el problema del Complejo de Atlas se vuelve realmente complejo.
Una digresión necesaria: Argolla es un término usado en algunos países de América para designar a una camarilla o grupo que se une para detentar ciertos privilegios por tiempo indefinido.
Las argollas surgen y se desarrollan en cualquier actividad del género humano, se encuentran en los partidos políticos, gremios profesionales, entidades deportivas y hasta en los clubes sociales.
Las argollas pueden ser inofensivas y hasta útiles si sus miembros recompensan a la colectividad de alguna manera. No obstante, cuando la mayoría de las personas, o todas aquellas que las conforman, padecen del complejo de Atlas, tienden a ser dañinas y peligrosas.
Esto se quedaría allí si no fuera porque hay una tendencia natural de las argollas a unirse para obtener un provecho mayor, formando una mega o superargolla, la cual dirigida por sujetos con complejo de Atlas, mal que parece ser también hereditario, amplifica enormemente el perjuicio a la sociedad.
¡Ay! Del estado o país que padece de este mal, porque sacudirse esa mega argolla sólo lo podrá hacer por gracia y ayuda de Zeus.

Marco Ousías

© 2007

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