MARCO OUSÍAS





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CUANDO DIOS CREÓ EL MUNDO... EL MUNDO DE LOS CONCEPTOS YA EXISTÍA

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LA EVOLUCIÓN DEL DINERO


El crédito de haber inventado el dinero moneda según Herodoto se lo llevan los lidios un pueblo antiguo parecido a los griegos que habitó en la Anatolia Occidental. A ellos también les adjudica el Padre de la Historia la invención de las cantinas, los juegos de azar y la prostitución profesional. Las monedas debieron empezar a acuñarse por primera vez un tiempo después de la guerra de Troya ya que Homero no menciona explícitamente en la Ilíada a éste como forma de pago en las transacciones comerciales, aludiendo más al oro y las hecatombes de bueyes, o sea al trueque.
El papel moneda fue inventado por los fenicios de Cartago, aunque en efecto lo que hicieron circular por el Mediterráneo fue trozos de cuero debidamente refrendados por el gobierno del país con su valor comercial inscrito en ellos. Éste debió ser en su época de esplendor lo que es el Euro o el Dólar en la actualidad.
El billete de papel fue puesto en circulación por España en el gobierno del Rey Jaime I por los años de 1250. No obstante, ya algunos reyes de Europa procedían a éste artificio en tiempos de guerra para aliviar la carestía de moneda.
Con la invención del dinero aparecieron dos anomalías inherentes a él, estas son: la inflación y la usura. Cuenta Indro Montanelli que en la antigua Roma en un inicio se acuñaba una moneda rústica de cobre conocida como AS que a los pocos días de aparecer el gobierno la devaluó a casi un sexto de su valor para enfrentar los gastos de la primera guerra púnica. Luego del As los romanos acuñaron el sextercio de plata que equivalía a dos ases y medio, después apareció el denario, también de plata, valedero por cuatro sextercios. De esta última moneda se origina el nombre del Dinero. Asimismo, los romanos dieron en un principio a la moneda el nombre de pecunia, que proviene de la palabra pecus, que significa ganado; haciendo alusión a los albores de su comercio en el cual las transacciones se tasaban por número de vacas, ovejas o cerdos.
Además de este hecho histórico de inflación, hay otros dos interesantes: aquel que menciona la Biblia en el Libro segundo de Reyes, capítulo 6, donde se relata el sitio de Samaria por el Rey sirio Benadad, en el cual un burro llegó a valer hasta ochenta piezas de plata; este acontecimiento es quizá el más antiguo documentado sobre éste asunto. El otro, fue producido malignamente por el rey Felipe IV de Francia (también conocido como Felipe el hermoso) quien a los pocos días de mandar a acuñar moneda dictó un decreto que la reducía a un tercio de su valor inicial.
Con relación a la usura el caso más patético ocurrió en Atenas en la época de Solón, más de cinco siglos antes de la era cristiana. Los agricultores obtenían préstamos de especuladores a intereses exorbitantes, dando sus propiedades como respaldo; los cuales, al vencerse su plazo de pago, no podían ser honrados y por consiguiente perdían sus tierras. Hasta que apareció el aludido célebre legislador ateniense que elaboró las leyes que protegían a los ciudadanos de tales abusos.
Muy similar a esto sucedió después en Roma en las rebeliones agrícolas en la época de los Gracos.
Con respecto a los bancos, estos nacieron mucho más antes que el dinero, en efecto, en la antigua Babilonia y Egipto el estado acostumbraba guardar los bienes duraderos como el oro y la plata a fin de enfrentar cualquier situación en la cual se precisara realizar transacciones comerciales futuras urgentes. El sitio donde se solían instalar los bancos era en los templos, costumbre que fue muy arraigada en el Imperio Romano.
El siguiente paso evolutivo fue la invención de la Letra de Cambio. Éste se dio muy probablemente en el Mediterráneo entre los siglos XIII y XIV y fue muy propagado su uso en la época de poderío militar y económico de los Templarios. Con esta innovación un comerciante de Venecia no tenía que cargar el peso en moneda para comprar mercancía en Constantinopla o Alejandría porque una simple hoja de papel debidamente refrendada aseguraba a su vendedor la recuperación pecuniaria en su sitio de origen. Por esa misma época se comenzaron a utilizar en forma incipiente los primeros Seguros. Esto comenzó como una protección para los barcos y su mercancía que viajaban a tierras lejanas como Persia o la India. Los seguros personales no crean que era de gran interés en ese tiempo.
El siglo XVII se tiene indicio de la invención del cheque como instrumento monetario, siendo primero utilizado en los Bancos de los países bajos para luego difundirse en Inglaterra y otros países de Europa.
Fue en los inicios del siglo XX que comenzó a surgir una nueva forma de efectuar las compras por el consumidor y fue propiciada por las fábricas automotrices, grandes cadenas de almacenes y compañías petroleras de USA quienes idearon proporcionar a sus empleados Tarjetas de Crédito con las cuales podrían a adquirir los bienes producidos por sus patronos.
En la década de los años cincuenta del siglo pasado surge la primera compañía privada emisora de tarjetas de crédito con el propósito de generalizar el uso para la adquisición de cualquier bien de consumo. Todo empezó, según los cuentos, cuando un señor apellidado MacNamara, después de cenar con un grupo de amigos en un restaurante de Nueva York, al momento de pagar descubrió que no llevaba efectivo suficiente para saldar la cuenta, en ese momento se le ocurrió la idea de establecer una empresa de tarjeta de crédito para efectuar pagos de diversos tipos de servicios o activos. Pero, ya otra persona se le había adelantado, éste se llamaba Alfred Bloomigdale quien ya había fundado su propia compañía con el nombre de ‘Dine and Sign’ que en español significa “Cene y Firme” orientada para ser utilizada en establecimientos de venta de comida. Los dos financistas se contactaron y formaron la conocida Dinner Club, la cual extendió su uso, junto con otras que aparecieron un poco después, por todo el mundo.
El otro salto importante en las transacciones comerciales se dio en la década de los noventa con la llegada del Internet. Hoy en día un comprador viviendo en Asia puede adquirir, por ejemplo, una cámara digital en una tienda de EE UU en cuestión de minutos, y, mejor aún, puede seguir el rastro de su pedido a través la WEB y conocer la fecha exacta que llegará a su casa.
Continuará...

Marco Ousías

© 2008

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